Arlett Salazar. Serie: En Tránsito.

Arlett Salazar, 33 años. Caraqueña.

Colega y una gran amiga, es la mejor forma que tengo de presentarla y aprovecho el momento y el espacio para decirle que la respeto y admiro muchísimo por todo lo que ha pasado y lo que le ha tocado vivir junto a su familia, su historia es fuerte y por motivos de seguridad para su familia no podré contarles todos los aspectos (por ahora).

Su abuelo materno era catalán pero llegó a Venezuela con el apellido cambiado, su madre no sabe la historia completa porque el señor no hablaba sobre el tema, pero presumen que fue debido a la guerra civil española. Su bisabuela paterna fue de las primeras que llegaron a Galipán y prácticamente la fundadora del Ambulatorio de esa localidad montañosa en Venezuela.

Arlett se fue de Venezuela, prácticamente escapando de un gobierno nefasto que atenta contra la vida y la integridad de todos, algo que realmente no nos merecemos los venezolanos.

Es Licenciada en Geografía y en Venezuela ejerció su profesión como Coordinadora de Geocodificación de Liberty Mutual durante 3 años, una experiencia que la nutrió en muchísimos aspectos, tuvo la oportunidad de salir del país a conocer otras culturas pero siempre de vacaciones. Actualmente, vive en Barcelona y trabaja como una EXCELENTE guía turística en los famosos Free Tours (el turista paga lo que quiera) mientras se solventa su situación legal.

Ha pasado poco más de 1 año y medio desde que llegó y lo que ha hecho es estudiar muchísimo a la ciudad para terminarse enamorando de ella y eso también le permitió tener el conocimiento suficiente para trabajar en lo que se desempeña. Además también es colaboradora de la Cruz Roja y dicta clases de estadística particulares.

Es la única de su círculo familiar que ha salido del país, es la menor de 5 hermanos y tiene unos sobrinos hermosísimos que son parte importante de lo que más extraña. Lo que más desea es poder volver a verlos y abrazarlos.

Siempre tuvo intenciones de emigrar pero no en estas condiciones, en el 2014 viajó a Barcelona y conoció a la familia que luego le daría alojamiento cuando tuvo que escapar de Venezuela, esas personas se enteraron de lo que sucedía con el país, con ella y su familia y sin pensarlo decidieron ayudarla, pero igual el primer año fue super difícil por todos los cambios culturales a los que tuvo que enfrentarse y adaptarse, esto le afectó durante los primeros meses de un proceso migratorio complicado, pero ésta experiencia también le sirvió de motor para buscar una mejora en su condición. 

Regresaría a Venezuela para hacer 3 cosas en específico: 1.- llevar a todos los amigos que ha hecho en este tiempo a que conozcan el país; 2.- Tiene una deuda pendiente: conocer Playa Medina (de las más famosas del país) y 3.- Conocer el Parque Nacional Sarisariñama. En definitiva regresaría para invertir en turismo, más no para vivir.

Arlett le ha tocado tener una vida en tránsito como nunca se lo imaginó: “Salir de Venezuela ha sido muy duro, pero no me arrepiento ni un sólo segundo de todo lo que me ha tocado vivir”. Ella es una muestra de perseverancia, paciencia y mucha fortaleza, por eso es uno de mis ejemplos a seguir en este proceso migratorio que yo también estoy viviendo.

La clave está en no decaer jamás, mientras tengas claro lo que quieres hacer y lograr una vez te toca migrar de manera obligada, hay que buscar todas las opciones y aguantar hasta que la tempestad pase.