París, un inmenso museo.

 París, Francia 2019.

¡Oh! París, París. 

Muchos desde pequeños soñamos con conocer París la ciudad de los museos, de las películas; y no es para menos si desde chicos nos bombardean con imágenes bellísimas de la ciudad e incluso nos la venden como la ciudad donde ajuro tienes que ir enamorado y si no, pues te enamoras allá.


Fui con mi novia en invierno (febrero, por su cumpleaños) y aunque nos dijeron que no era el mejor momento de ir porque siempre está nublado, no hubo más de 5 nubes durante nuestra estancia. En eso sí se lució por completo la ciudad: nos regaló el mejor azul cielo que tenía y eso se lo agradecemos.



Dentro del itinerario teníamos marcado primero ir a Montmartre, el fabuloso barrio de pintores y de los más bohemios de toda la ciudad. Nos bajamos del metro y enseguida comenzamos a subir por donde está el famoso café de la película Amelie (Café de los dos molinos).



Montmartre se encuentra en una colina de unos 130 metros de altitud es de las pocas elevaciones que tiene la ciudad, se distingue fácilmente cuando buscas la silueta de la iglesia Sagrado Corazón (Sacré-Cœur). El encanto de ese barrio está en los artistas callejeros que ofrecen su pasión (bien sea pintura o música) sin esperar nada a cambio. A mi me encantó recorrer las callecitas pequeñas, la plaza de los pintores y por supuesto la iglesia.




Tengo un nexo con las iglesias y no tiene que ver con la religión, sino que siento una especial curiosidad por saber cómo son por dentro. De la iglesia Sagrado Corazón en Montmartre lo que nos llamó mucho la atención fue un vitral que a simple vista parece cualquier cosa, pero cuando le pega el reflejo de luz de otro vitral, éste toma la forma de una flor, no sabemos si está hecho adrede pero nos pareció muy genial. 



Al salir de allí decidimos irnos directo a la Torre Eiffel porque la veíamos desde la colina de Montmartre y era así como un imán que nos decía: "¡Vengan, vamos que ustedes quieren!" y así lo hicimos. Ese mismo día que llegamos a la ciudad, fuimos a verla y al llegar al pie de ella ya era de noche pero valió la pena. Estar allí es como si te pasara una película por la cabeza con todas las imágenes de cine y publicidad y todo junto, es impresionante un momento de mucha adrenalina cuando estás allí por primera vez.




Recordemos que la torre fue construida para la Exposición Universal de Paris en el año 1889, generó mucha controversia por su imponencia sobre el resto del paisaje parisino, fue la estructura más alta del mundo durante 41 años. Y actualmente sigue siendo el monumento más visitado de todo el planeta.



Esta visita a Paris fue completamente improvisada y el itinerario que teníamos casi que terminamos de armarlo en el avión, por eso sólo hablaremos y les mostraremos los lugares más clichés de visitar y ver en Paris. Es una buena excusa para regresar y disfrutar de verdad de la ciudad en todo su esplendor, con más tiempo y más lugares que estamos seguras que tiene, que son bellos y poco conocidos.



Al día siguiente caminamos por toda la Avenida de Los Campos Elíseos, desde el Arco del Triunfo hasta llegar al río Sena, lo hicimos porque era una promesa que nos hicimos desde que empezamos nuestra relación (es cursi, pero real). Es la avenida más cara de la ciudad con todas las grandes marcas reunidas allí, un paseo muy bonito con amplias aceras y además que hacía un día espectacular. Se nos ocurrió entrar a la tienda de Louis Vuitton... :| jajajajaja así como entramos salimos, además que nuestra pinta de viajeras mochileras no fue bien recibida por los chicos de seguridad de la tienda (pero jamás nos trataron mal ni nos faltaron el respeto).



Seguimos caminando y nos comimos un crêpe de Nutella que sabía a gloria, llegamos a orillas de río Sena y volvimos a toparnos con la bella Eiffel de día, creo que entre Ange y yo llegamos a las 100 fotos de la torre en diferentes vistas sobre el río, es lo típico que le sucede a un turista que se emociona por ver algo tan representativo por primera vez. Aprovechamos para acercarnos al museo de Louvre ¡I M P R E S I O N A N T E! el tamaño de ese lugar, y la cantidad de turistas era abismal.




En este viaje caminamos como unas locas, claro no teníamos tanto dinero como para gastarlo en el transporte público, así que decidimos caminar, nuestra siguiente parada fue Notre Dame. Llegamos y aún era de día y había mucha gente (lógico) la entrada es gratuita así que no dudamos en pasar y verla, estaban dando la misa en ese momento, nos quedamos unos minutos para escucharla. 


Fue construida entre los años 1100 y 1200 en la isla que tiene la ciudad, es una de las catedrales góticas más antiguas del mundo y está dedicada a la Virgen María, su nombre significa Nuestra Señora. En sus ocho siglos de historia ha sido reformada en varias ocasiones, siendo la más importante la de mediados del siglo XIX. 



Allí se han celebrado importantes acontecimientos, entre los que se destacan la coronación de Napoleón, la beatificación de Juana de Arco y la coronación de Enrique VI de Inglaterra. 


Cuando salimos de la Catedral ya era de noche y estaba aumentando el frío, decidimos seguir caminando de vuelta al hotel y pasamos por el Museo de Louvre de noche, ese lugar es fantástico en cualquier momento del día.


Ahora bien, París es una ciudad que tiene TANTO para ver, hay que visitarla varias veces porque es un inmenso museo, siempre digo que a una ciudad hay que ir mínimo dos veces: la primera vez es para ver lo mas famoso, la segunda vez es para observarla y conocerla de verdad, con ésta ciudad probablemente necesites 1 visita más.



Luego del año de pandemia sin poder movernos, muchos planes cambiaron pero las ganas de ir de nuevo y conocer la ciudad de verdad siguen intactas. Hay que volver con un itinerario muy organizado y con dinero porque la ciudad del arte "la ciudad hecha museo" es costosa pero vale la pena cada céntimo que inviertes allí.



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